El control de la glucosa que tiene Luis Enrique para estar ‘fino, fino’
La evidencia científica acerca de los efectos que tiene sobre la salud y el bienestar mantener unos niveles adecuados de glucosa en sangre, evitando los temidos picos (subidas bruscas), es aplastante: previene la diabetes y otras enfermedades cardiometabólicas, ayuda a controlar el peso e, incluso, afecta al estado de ánimo.
Hasta hace unos años, el control de la glucosa era un asunto que solo importaba a las personas con diabetes (o prediabetes), pero a medida que se ha ido conociendo cómo nos afecta a todos la cantidad de azúcar que circula por nuestro organismo, el interés se ha disparado. La clave está en su contribución a la inflamación crónica (aunque la glucosa no es el único factor involucrado en este estado), que aparece detrás de muchos de los problemas de salud más frecuentes entre la población (diabetes, obesidad, hígado graso, cáncer, etc).
Y no solo por motivos de salud; también para el rendimiento deportivo, conocer la cifra de glucosa durante la actividad física es interesante. Los deportistas saben que llega un punto en el que se vacían sus reservas energéticas y si no se recargan, el cuerpo no tira (la temida pájara).
Los profesionales de la salud, divididos
Para saber cómo están nuestros niveles de glucosa en todo momento, hagamos lo que hagamos (después de una comida, antes, durante o después del ejercicio o simplemente mientras paseamos o dormimos), existen medidores de glucosa (glucómetros) que se colocan en el brazo y, a través de una aplicación en nuestros teléfonos móviles, muestran el comportamiento de la glucosa. Muchos profesionales de la salud sostienen que no son útiles para quienes no tienen diabetes, ya que la mayoría de las personas carecen de la formación necesaria para interpretar correctamente la información que ofrecen, pero otros encuentran que juegan un papel importante en la llamada medicina personalizada.
En los últimos días, el interés en los medidores de glucosa se ha disparado después de que el seleccionador nacional de fútbol mostrara en uno de sus directos en Twitch el que lleva en su brazo izquierdo. Contó que solo llevaba con él dos semanas y lo utiliza para ver cómo evoluciona la glucemia después de comer ciertos alimentos (se confiesa un consumidor de hasta 6 huevos diarios, aguacates o chocolate negro), unos datos que, a buen seguro, le son muy útiles para estar ‘fino, fino’ y conseguir los mejores resultados en triatlón, su gran pasión deportiva.
Luis Enrique, con su desparpajo característico, no dudó en revelar la marca de su medidor de glucosa: Glucovibes, el mismo dispositivo que se utilizará en un estudio técnico para evaluar el impacto de la nutrición en militares del Ejército de Tierra.
Sin embargo, Luis Enrique no es el primer deportista (ni el último) en ‘someterse’ al control del medidor de glucosa: dentro de las filas de la selección nacional de fútbol, el lateral Dani Carvajal es un usuario de este dispositivo y el tenista Alexander Zverev tampoco puede prescindir de su glucómetro, por la poderosa razón de que tiene diabetes tipo 1.
Trucos para aplanar la curva
Con o sin medidor, el objetivo es aplanar la curva de glucosa y evitar esos picos. Algunos trucos eficaces son:
- Hacer ejercicio físico regularmente: contribuye a mantener el peso adecuado y a aumentar la sensibilidad a la insulina para que las células utilicen mejor la glucosa. El ejercicio también ayuda a los músculos a utilizar el azúcar en sangre para generar la energía necesaria para su funcionamiento
- Aumentar el consumo de fibra: lo primero para evitar picos de glucosa es restringir los carbohidratos de la dieta e incrementar la fibra (preferentemente soluble), ya que retrasa la digestión de estos y la absorción de azúcar, promoviendo el aumento gradual de la glucosa en sangre.
- Aumentar la ingesta de agua: beber suficiente agua mantiene los niveles de glucosa en los límites saludables, además de ayudar a los riñones a eliminar el exceso de azúcar. Un estudio de la Universidad París Diderot, publicado en Diabetes Care, encontró que las personas que beben más agua tienen menos riesgo de tener cifras altas de glucosa, además de reducir su riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica.
- Controlar el tamaño de las raciones: es una medida sencilla y muy eficaz para evitar engordar, ya que es sabido que obesidad y diabetes guardan una estrecha relación. Además, controlar el tamaño de las raciones reduce la ingesta de calorías y los picos de glucosa posprandiales.
- Controlar el estrés: una investigación de las universidades Johns Hopkins, Maryland, California y Boston ha constatado una asociación entre los cambios del cortisol y la glucosa en ayunas. El estrés favorece la producción de cortisol y de glucagón, unas hormonas que aumentan la glucosa en sangre. El ejercicio, la relajación y la meditación reducen el estrés y, por tanto, el azúcar en sangre.