ESPAÑA
Los evacuados por el incendio de Tenerife: «La gente está muy nerviosa, baja por la calle con los animales, caballos, perros…»
«La gente está muy nerviosa, baja por la calle con los animales, caballos, perros, de todo…». Nuhacet, enfermera de 40 años, es una de las miles de personas que ayer tuvieron que ser evacuadas de sus viviendas por el incendio que arrasa Tenerife. Los desalojados ascienden ya a más de 12.000, según estimó ayer la consejera de Bienestar Social, Candelaria Delgado, en base a los censos de los 11 municipios que ya están afectados.
La escena de los vecinos tratando de poner a salvo a sus animales que describe Nuhacet se produjo ayer por la tarde en el centro de La Orotava, donde ella y su marido, Domingo, de 44 años, también enfermero, han sido acogidos por una familiar. Los dos hijos de la pareja, Ehedey, de 11 años, y Tayry, de ocho, se han trasladado con el padre de Nuhacet, que reside en la otra punta de la isla. «Las dos gatas están en casa de mi hermana, un perro grande, en casa de una amiga en Tacoronte, esperando que no la desalojen a ella también, y los peces y la tortuga se la llevaron los niños», cuenta cómo han realojado también a los animales de la familia.
La subida de las temperaturas y el viento volvió a complicar este sábado el voraz incendio, que tiene un perímetro de 70 kilómetros, ha devorado más de 8.000 hectáreas y continúa avanzando por el Oeste. «Vivo entre Barroso y Cañeño, que pertenecen al municipio de Aguamansa y teníamos ya el fuego bastante cerca», explica Nuhacet. «Vivimos en un núcleo de tres casas bastante aislado. Nadie subió a decirnos nada. Nos enteramos por la mañana porque pusieron en internet el aviso de evacuación y porque nos dimos cuenta de que se había ido la luz«.
Ante la proximidad del fuego, su familia y los otras tres personas que residen en las casas vecinas decidieron marcharse. La mayoría de los evacuados, como Nuhacet, se han trasladado a domicilios de familiares o amigos. En los cuatro albergues habilitados por Cruz Roja en la mañana del sábado sólo tenían 239 personas alojadas. «Principalmente personas que están solas, extranjeros que son residentes temporales y que no tienen soporte familiar directo y personas que no han conseguido contactar con familiares o amigos porque están de vacaciones», explicaba José Reyes, uno de los coordinadores del dispositivo desplegado por Cruz Roja, quien anunciaba que habían acondicionado otros seis recintos -pabellones y campos de fútbol- ante el aumento de los desalojados.
SALVAR A LAS PERSONAS
«Por la mañana no veíamos ni helicóptero ni nada y nos han dicho que las presas no tenían agua para los aviones. Hasta hace un rato no los hemos vuelvo a ver. Han dicho que van a priorizar poner a salvo a las personas y que lo demás no es prioritario», continúa Nuhacet contando cómo amanecieron el sábado en Aguamansa. «No vimos las llamas pero cuando venía el viento era súper caliente, teníamos todo el patio lleno de cenizas y no se podía ni respirar. Las llamaradas no, pero por encima de las montañas lo veíamos todo rojo y caían en casa trozos de pino, helecho…».
«Esto no lo imaginaba en la vida, el monte de La Orotava ardiendo, es impensable. Veo las imágenes y de lo único que me dan ganas es de llorar«, se lamentaba Nuhacet, quien además pedía que el incendio, actualmente de nivel 2, fuera declarado por el Ministerio de Interior de nivel 3: «Para que los medios nacionales nos echen una mano porque si no se nos quema la isla».
Precisamente el responsable en funciones de Interior, Fernando Grande-Marlaska, acudió ayer a la isla. «Hace décadas que no se recordaba algo parecido», dijo tras mantener una reunión con el Puesto de Mando Avanzado que comanda la lucha contra el incendio.
Al encuentro asistió también el teniente coronel de la UME José Alberto Gallego, coordinador militar de la emergencia, quien explicaba así a este diario el trabajo de las próximas horas. «Prevemos seguir vigilando y rematando focos en el sector Sur y Este. En el sector Norte el fuego avanzará muy despacio hacia abajo y conseguiremos detenerlo. Lo que más preocupa es el sector Oeste porque el fuego puede seguir avanzando hacia el parque natural. Veremos como acometerlo, porque es difícil actuar ahí con los medios terrestres».