“Un hallazgo de alcance mundial”: científicos descubren más de 1.000 fósiles en Aysén.
Más de 1.000 nuevos especímenes fósiles se han incorporado a los tesoros paleontológicos del Museo Regional de Aysén gracias al programa FNDR “Fomento Productivo Recursos Geológicos de la Región de Aysén”. Se trata de vestigios con gran valor científico y patrimonial, correspondientes a restos de plantas, invertebrados y vertebrados de distintas edades, que abarcan los últimos 150 millones de años, procedentes de diferentes localidades de la región.
Para el paleontólogo J. Enrique Bostelmann, quien participó como profesional del programa, estos nuevos tesoros paleontológicos permitirán entender que la historia de la región es mucho más antigua de lo que normalmente se pensaba y que se remonta a cientos de millones de años, lo que ayudará a entender cómo han cambiado los paisajes, por ejemplo, las montañas de hoy antes eran el fondo del mar, o fueron parte de un bosque tropical, o un desierto. “Gracias al registro fósil podemos visualizar todas estas cosas fantásticas de nuestra región que a la vez permiten que nuestro imaginario colectivo del paisaje se transforme y se expanda. Nuestro territorio tiene una historia más diversa y compleja de lo que la mayoría piensa”.
De acuerdo al científico, el programa permitió realizar cosas que tienen enorme relevancia para la región. En primer lugar, dice, pudieron documentar nuevas localidades fosilíferas, encontrar yacimientos en áreas antes inimaginadas y también colectar nuevos fósiles en algunos sitios que ya eran conocidos pero que no habían sido investigados en los últimos 30 años.
“Nos propusimos una meta de ingresar 900 nuevos especímenes al Museo Regional de Aysén y terminamos ingresando sobre 1.000, así que superamos con creces nuestras expectativas. Todo un hito histórico para la Patagonia y que contienen estos hallazgos fabulosos”.
Destaca que descubrieron colecciones paleontológicas que son únicas en el país, por ejemplo, “las colecciones de mamíferos fósiles son de las mejores que tenemos en Chile, junto con las que hay en el Museo Nacional de Historia Natural en Santiago”. Asimismo, destaca la colección de nidos fósiles de insectos, que es única, por su diversidad y porque abarca diferentes períodos de tiempo geológico. “Aysén es un territorio privilegiado con una cantidad impresionante de suelos fósiles a los que llamamos paleosuelos”.
También releva haber podido aumentar muchísimo las colecciones de invertebrados marinos de algunas localidades como Guadal, de las cuales no había mucho material al comienzo del programa. “Ahora contamos con cientos de ejemplares. Es decir, hemos logrado ampliar sustancialmente la mirada hacia la biodiversidad del pasado, uno más de los aspectos maravillosos de nuestra reserva de vida”.
Respecto al impacto de los hallazgos, dice que esto tiene muchos puntos de vista. Primero, explica, desde uno muy práctico, que son las nuevas oportunidades para el turismo que genera este conocimiento. “Sabemos que el turismo de intereses especiales y el turismo científico se está proyectando fuertemente en nuestra región y el conocer estos yacimientos y poder entregar esta información a los operadores y profesionales del rubro mejora sustancialmente el relato en varios de los circuitos donde hay sitios paleontológicos”.
Agrega que una avenida novedosa y emocionante tiene que ver con emprendimientos productivos en los que los fósiles puedan asumir un rol identitario, estético o conceptual, por ejemplo, en la elaboración de marcas o ideas comerciales para nuevos productos. “Un hermoso desafío que aún debemos explorar en mayor detalle para beneficio directo de la región”.
Explica también que desde la perspectiva científica los hallazgos son fabulosos, tenemos diversas especies de mamíferos, plantas e invertebrados, que son nuevas para la ciencia. Es decir, son descubrimientos totalmente novedosos y de alcance mundial.